IMG_7979Untitled, diptych from the series Blanco de España. Inkjet Print on Archival Paper, Lacquered Wooden Frame and Glass. 81x116cm (e/o).

 

IMG_2396_1Installation shot of Untitled, from the series Blanco de España, 2018. 261 b/w laser prints. 210x810cm.

 

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Detail of Untitled, from the series Blanco de España, 2018. 261 b/w laser prints.

 

IMG_2407Untitled, from the series Blanco de España, 2018. Six screens multimedia display.

 

Whiteout Poetry

 

En la era de la visibilidad indiscriminada, del exhibicionismo y del voyeurismo superlativo, no hay nada tan inquietante como aquello que nos impide la visión. El albañil extiende el blanco de España sobre las vidrieras de un escaparate: el dispositivo creado para mostrar, para exponer, para enseñar, para seducir, va quedando desactivado a medida que el operario pinta su superficie. Dejamos de ver y esa performance ocultadora del obrero, se convierte, sin pretenderlo, en un acto de resistencia, en algo que va en contra de esa mirada tan compulsiva como inocua que se desenvuelve en medio de la actual vorágine visual, de esa percepción anquilosada que navega por un espacio donde todo pasa a través de nuestras retinas sin apenas esfuerzo. Es precisamente la negación de la imagen que provoca esa capa opaca de pintura, la que consigue atraer el interés de un entendimiento que, de manera habitual, comparece sobrepasado por una multitud de estímulos que nos desbordan, una razón que va surfeando por encima de la ola desmesurada de lo cómodo, de lo inmediato y de lo superfluo, mientras sólo concentra su atención en lo que se le opone, en aquello profundo que nos bloquea el acceso.

 

El escaparate, la cristalera, la vitrina, dejan de ser aquí un medio de visión para ganar autonomía como soporte, para convertirse en un dispositivo pictórico tan involuntario como consciente y extra-artístico es el acto de pintar por parte del obrero. El trazo, la pincelada y el ritmo de este actor improvisado son el detonante de una propuesta que surge del interés de Jorge Isla por dotar a estos símbolos de un valor artístico del que carecen en su origen, y lo hace, en un extraño contrasentido, a través de una práctica fotográfica y videográfica antitética a la pintura, pero legitimadora y procuradora de autonomía en este contexto. Como si de un ready-made se tratara, como si fuera la documentación de una performance, Isla reproduce la técnica y la estética de ese pintor que trabaja con otro objetivo, mientras crea vínculos evidentes con la historia del arte, apropiándose del gesto característico del expresionismo abstracto americano, del existencialismo informalista, de la negación del tachismo, del display expositivo contemporáneo, de la instalación o de la estrategia poética de ocultación del blackout, transmutada aquí en un whiteout poetry tan deliberado como involuntario.

 

Esos cristales blanqueados anuncian una defunción, pero también, en ocasiones, un nuevo proyecto que permanecerá oculto hasta que se produzca el desvelamiento. Puede parecer que Jorge Isla nos habla, con sutileza, de esa crisis económica que se ha ido exhibiendo a base de locales cerrados con vidrieras precintadas y veladas con este material barato que es el blanco de España, una decoloración cegadora y anuladora que va dando forma al singular mapeado de fracasos y frustraciones, personales, familiares y sociales, en el que hace tiempo que estamos inmersos. Quizás sea eso, pero no sólo. En un mundo ideologizado hasta la náusea, donde queremos aparentar que cualquier cosa que hacemos, incluso las más superficiales, son una toma firme de posición, Isla siempre ha tenido más interés por lo intrínsecamente artístico, por la forma, por los medios, por el lenguaje, por la comunicación, por todo aquello que se refiere a la creación, por el concepto de límite, de barrera, por el carácter necesariamente innecesario del arte y por su consciente inconsciencia, por eso fija su atención en esta pintura realizada por el gesto involuntario de un obrero con el pincel embadurnado de blanco de España, una toma de posición formal y conceptual sin falsas ideologías ni apariencias., así es, así sea.

 

Fernando Gómez de la Cuesta.